[HISTORIA] La revolucion libertadora

LaLa "Revolución Libertadora" (1955 .. 1958).
En septiembre de 1955 un movimiento cívico-militar antiperonista, liderado por el general Eduardo Lonardi y el contralmirante Isaac Francisco Rojas, derrocó, luego de algunos combates, al presidente Perón. Este movimiento tomó el nombre de "Revolución libertadora" porque partió de la convicción -rnuy arraigada en las filas antiperonistas- de que el peronismo había sido una dictadura y de que la revolución tenía por finalidad restaurar las libertades individuales políticas de los ciudadanos y restituir la democracia. Sin embargo, lograrlo requería un acuerdo previo sobre una cuestión muy delicada que había colocado al país al borde de la guerra civil: esta cuestión se refería a qué se debía hacer con el peronismo.
Los desacuerdos surgieron inmediatamente en el antiperonismo triunfante.
La presidencia del país fue asumida por el general Eduardo Lonardi en medio del júbilo de una significativa parte de la ciudadanía, que salió a las calles con cánticos y banderas, y expresó su adhesión a la "revolución". Al mismo tiempo, retornaron los emigrados políticos y los partidos volvieron al centro de la escena. Pero el presidente sólo duró 60 días en el cargo. Su idea de. hacer un breve gobierno militar, mantener al peronismo en la legalidad y llamar rápidamente a elecciones fue rechazada por la mayoría de los partidos políticos. Fue entonces cuando los militares exigieron su renuncia.
El segundo presidente de la "Revolución l.ibertadora". el general Pedro Eugenio Aramburu. intentó resolver la cuestión peronista y democratizar la vida política antes de llamar a elecciones. Ante el reclamo de los partidos, dispuso proscribir al peronismo y prohibió todas sus manifestaciones, tanto políticas como sindicales.
Se disolvió el Partido Peronista, se intervino la CGT y se llegaron a establecer penas, incluso, para quienes mencionaran el nombre de Perón o de Eva Duarte de Perón. La idea dominante entre los antiperonistas era que no se podía dar libertad a los enemigos de la libertad y que, así como en Europa se había hecho con los fascistas y los nazis, el peronismo debía desaparecer como expresión política legítima.
Desde la ilegalidad, los seguidores del partido proscrito ensayaron entonces diversas formas de solidaridad, propaganda y terrorismo. Esto es lo que dentro de la propia tradición peronista se conoce como la "resistencia peronista".
En ese clima hostil hubo un intento por recuperar el poder derrocando al gobierno de los "libertadores", En junio de 1956, el general Juan José Valle encabezó un levantamiento que terminó en fracaso. La respuesta del gobierno fue implacable: condenó a la pena de muerte a varios de los complotados y algunos sospechosos fueron fusilados sin ninguna formalidad de juicio. Este hecho de violencia tuvo una larga repercusión en el proceso político, tanto en el corto como en el mediano plazo.

La democratización política
El presidente Pedro Eugenio Aramburu intentó avanzar en la normalización política, a través del diálogo con los partidos políticos antiperonistas. Tomó también otras decisiones en este sentido, como la devolución del diario La Prensa -expropiado por el peronismo-a sus legítimos propietarios, lo que constituía una señal del retorno de la libertad de prensa junto con la reapertura de otros dos periódicos clausurados.

El diálogo con los partidos se desarrolló en la Junta Consultiva Nacional. Creada durante la gestión de Lonardi, era un organismo que pretendía dar representación legal a los partidos.. Desde allí, los dirigentes políticos actuaron como asesores del gobierno en la tarea preparatoria del llamado a elecciones. Sin embargo, en medio de las discusiones surgieron varias posiciones..
Los partidos reformistas: un conjunto de partidos -los socialistas, el Demócrata Progresista. el Conservador y el Demócrata Cristiano- estuvieron de acuerdo en proponer un plan político en dos etapas. Primero, una reforma constitucional para derogar la Constitución de 1949(la llamada Constitución "peronista"). que permitía la reelección inmediata del presidente. mismo tiempo, se debían establecer modificaciones en cuanto a los atributos presidenciales ampliar las facultades del Congreso y asegurar la independencia del Poder Judicial.
Por otro lado, pidieron cambios en el sistema de representación política. Para ellos, el sistema de lista incompleta consagrado por la Ley Sáenz Peña de 1912 otorgaba demasiada representación al partido ganador mientras que desconocía a las mi norias, como se había comprobado durante el gobierno peronista y aun con las presidencias del radicalismo, entre 1916 y 1930.Para corregir ese defecto, propusieron el Sistema Electoral de Representación Proporcional
Para estos partidos, aliados en la corriente antifascista, que habían participado o votado a la Unión Democrática y, en consecuencia, habían sido los primeros opositores del peronismo, el cambio del sistema político era muy importante, tanto o más que la convocatoria elecciones, porque permitiría asegurar la democracia y evitaría, según ellos, volver a las “dictaduras". Por esa razón pidieron al gobierno de Aramburu que la reforma constitucional se realizara antes de la elección del nuevo gobierno.
La postura del radicalismo fue muy distinta. Entre 1955 y 1957, la Unión Cívica Radical sufrió un proceso de ruptura que terminó en la formación de dos partidos, la Unión Cívica Radical Intransigente, liderada por Arturo Frondizi, y la Unión Cívica Radical del Pueblo encabezada por Ricardo Balbín.
El motivo de esa ruptura estuvo asociado con las diferencias sobre la posición que radicalismo debía adoptar ante el gobierno de la "Revolución l.ibertadora". así como frente al peronismo proscrito.

Los intransigentes optaron por una línea, de oposición al gobierno en su plan de reforma política, a la que calificaron algunas veces ,de "democracia formal" y otras de "trampa" mantener a las minorías en el poder. Mientras buscaban los votos del peronismo proscripto se mantuvieron en contra de la reforma constitucional y reclamaron las elecciones inmediatas que había prometido el general Lonardi.
Los radicales del Pueblo, en cambio, fueron solidarios con el gobierno de Aramburu. Le aportaron buena parte de sus ministros y un apoyo político que, sin embargo, no estuvo exento de críticas. Respecto de la reforma política fueron partidarios de la Ley Sáenz Peña, que garantizaba la representación de las mayorías. y consideraron que la reforma constitucional solo constituía un acto más de apoyo al gobierno. Propusieron introducir en la carta constitucional reformas económicas y sociales, como la nacionalización del petróleo y de todos los recursos del subsuelo, la reforma agraria, el derecho de huelga y los derechos que fueron consagrados en el artículo 14 bis dé la Constitución Nacional, fueron iniciativas radicales.
Las rupturas entre los antiguos aliados antiperonistas se profundizaron durante el gobierno de la "Revolución Libertadora". El único acuerdo que quedó en pie entre ellos fue la proscripción del peronismo, de la que en definitiva sólo quedó la prohibición de la candidatura de Perón, porque al mismo tiempo se legalizaron algunos partidos "neoperonistas". Estos fueron formados mayormente por líderes peronistas provinciales que trataron de participar electoralmente aceptando las condiciones políticas impuestas por la "Revolución libertadora". Fue el caso de Elías Sapag en Neuquén, que fundó el Movimiento Popular Neuquino. de Vicente Leónidas Saadi en Cata marca y del Partido Laborista Salteño.
En la elección de convencionales constituyentes para reformar la Constitución, realizada en julio de 1957, el primer lugar lo obtuvo el peronismo a través del voto en blanco; el segundo, los radicales del Pueblo, que solo habían ido a apoyar el gobierno; el tercero los radicales intransigentes, opuestos a la reforma; y muy lejos los partidos reformistas que bien poco pudieron hacer en la Convención. Los reformistas acusaron entonces a los dos radicalismos de haber traicionado a la "Revolución Libertadora" al oponerse a las reformas políticas. La reforma constitucional terminó en un fracaso.
Para las elecciones de 1958 los radicales intransigentes presentaron la fórmula Arturo Frondizi-Alejandro GÓmez. Hicieron su campaña electoral en oposición a las políticas del gobierno de la "Revolución Libertadora", al que le reprocharon los fusilamientos de junio de 1956, y proclamaron la necesidad de buscar un gobierno de unidad nacional para emprender un gran proyecto de transformación económica y social. Fueron apoyados por amplios sectores sociales y políticos. Al final, acordaron con Perón una serie de puntos, el llamado "Pacto Perón-Frondizi". Con él obtuvieron el apoyo de Perón, que ordenó a sus partidarios votar por Frondizi y le permitió ganar las elecciones.
En tanto, los radicales del Pueblo proclamaron la candidatura de Ricardo Balbín. Denunciaron a los intransigentes por hacer un frente político al que calificaron de totalitario y defendieron la tarea democrática desarrollada por el gobierno de Aramburu, del que se postularon como sus continuadores.